A PROPÓSITO DE CARME
Hace unas semanas perdimos, los socialistas y toda España, a una de las mujeres políticas más valientes y valiosas de los últimos tiempos. Como manejó su vida, sus tiempos y su dedicación debía servir de ejemplo a quienes quieren dedicarse a esto de la política. Su valentía vital fue también política: no vaciló en tomar decisiones, alguna de ellas muy difícil. Tan difícil, que se expuso a críticas injustas, exacerbadas y feroces. Recorrió los muros de media feligresía socialista a propósito de su dimisión de la ejecutiva de PS, en un odioso meme que calificaba de traidores a un grupo de buenos socialistas, entre los q se la incluía. Con el meme, descalificativos sin fin e insultos y calumnias. Unos meses después, Carne se fue. Su último acto público fue acompañando a Susana en Madrid, acto que fue también adobado convenientemente de múltiples insultos por los seguidores de PS.
Un poco después, CARME nos dejó. Su último tiempo fue ingrato. Medio partido, el más ruidoso, la cuestionaba e insultaba por su elección. Ella se fue de puntillas, y ese vociferante partido, que se autoproclama más de izquierda q el resto, tampoco la dejó en paz en ese tránsito: unos siguieron insultándola, reiterando las diatribas de octubre, otros se rasgaban las vestiduras fariseicamente por el pesar de quien gozó en vida de su apoyo y su amistad, muchos mostraron sus condolencias sin pedir perdón por los insultos proferidos pocas semanas antes. PS, por encima del bien y del mal, calló. Usó, eso si, bien la imagen de Carme, tras haber permitido q la arrastrasen, a ella y al resto, por el fango de la injuria.
Durante esta convulsa campaña se volvió a usar el meme injurioso, donde entre diecisiete compañeros, estaba Carme, insultos incluidos. Ni una voz en contra.
Ayer corrió por las redes una foto con Susana, pidiendo el apoyo como ella hubiera hecho. No voy a decir q me gustara esa imagen. No había necesidad, porque todo el mundo sabe donde hubiera estado Carme en esta campaña. Pero si quiero destacar la enorme hipocresía de quienes montaron en cólera por ella, cuando nunca censuraron los insultos q le dedicaron, fueron altavoces de ellos, no se disculparon por hacerlo cuando se fue e, incluso, si uno hace el ejercicio de buscar en sus redes, ahí siguen, ofensivos y soeces. Carme era grande. Tan grande que debía haber sido respetada. Y no lo fue. Respétenla ya. Sobre todo, pidan perdòn por hacer lo que han hecho.
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