ANGRY
PEOPLE, HATERS, HUNTERS…. NO, GRACIAS: PREFIERO CONSTRUIR
Hace unos años consulté a un
magnífico político de mi partido, de los que construyendo ganan elecciones,
sobre la posibilidad de actuar en contra de cierto medio que me atacaba semana
tras semana, con pruebas suficientes para ganarle en los juzgados. Mi compañero
y amigo me dijo: “Claro que puedes, y seguramente ganarás. Pero has de pensar
que en dos años tienes las elecciones, y que debes elegir. O ganar en el
juzgado, o trabajar codo con codo con tus vecinos para ganar las elecciones.
Las dos cosas son incompatibles. El que guerrea, no construye”. Y uno se va
quedando con aquellos consejos que le resultan de una sabiduría brillante. EL
QUE GUERREA, NO CONSTRUYE. Son dos cosas incompatibles.
La izquierda, gran parte de ella,
ha decidido guerrear. Con los de fuera, pero también internamente. La gente
airada (angry people) del 15M ha dado paulatinamente paso a los haters
(odiadores) que te saltan al cuello por un quítame allá un desacuerdo
argumental o una confrontación dialéctica. Pasar de hater a hunter (cazador) es
relativamente fácil. El odiador reúne contra ti a una pléyade de otros haters
y, todos unidos, van a cazarte. Hunters odiadores y airados que no dejan títere
con cabeza. Odiadores airados que se levantan con el ceño fruncido, no con el
ánimo de criticar constructivamente y proponer soluciones, porque pensar es muy
trabajoso, sino con el objetivo de cazar a unos cuantos adversarios de opinión,
a los que convierten de golpe en enemigos a cazar.
Instintivamente he vuelto a
retomar esa conversación de hace unos años de mi amigo, el político que gana
elecciones y repaso su modus operandi. Construir, construir, construir.
Construir obras necesarias para su municipio, lazos de unión entre su gente,
autoestima de personas y colectivos. Construir.
Y decido que ese es mi modelo. Construir.
Porque no quiero levantarme airada, con el ceño fruncido, odiando a todo lo que
alrededor sea distinto, yendo a cazar envalentonada con una masa de otros
odiadores a quien discrepe o, simplemente, considere distinto. Porque un día
completo de odio y cacería me impide dormir bien, y al día siguiente estoy
abocada a levantarme de nuevo enfadada, más hater y más hunter que nunca. Y sin
ánimo para construir. Por eso digo, alto y claro, que no quiero angry people,
haters y hunters a mi alrededor. Sólo constructores. De ideas, de concordia, de
soluciones a los problemas. Bienvenidos los constructores. Adios la angry
people, haters y hunters. No más. No en mi nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario