martes, 27 de junio de 2017

HOLA, DEMOCRACIA. GRACIAS POR TODO, PSOE

En algún momento de mi juventud entendí que no se puede hacer una revolución rompiéndolo todo y sin retorno para tener lo mejor de la democracia, es decir, para hacer cambios sustanciales que mejoren la calidad de vida de las personas. Los cambios de verdad hay que buscarlos mediante la propia democracia, es decir, hay que usar las herramientas de que nos provee la democracia. Esas herramientas nos permiten hacer una auténtica revolución. Son cambios permanentes basados en los disensos, en las herramientas dialógicas, en los consensos, en los pactos, en los parlamentos, que al fin y al cabo son los que hace crecer a los pueblos. Los grandes pueblos son grandes por desarrollar estas herramientas de forma activa, por admitir el contraste de opiniones y usarlo para caminar hacia adelante. La democracia tiene defectos, qué duda cabe. En democracia no vivimos obligatoriamente felices, pero los españoles ya descubrimos con las amargas experiencias totalitarias que el remedio de imponer por la fuerza estas soluciones es un remedio peor que el mal. Tal vez las soluciones que trae la democracia no nos gusten o nos dejen insatisfechos, pero las dictaduras son aún peores que el mal del que nos quieren curar.  Sin que sirva de precedente voy a citar al dictador. Más que nada, porque quiero apartarme todo lo posible de lo que él decía: 
 "Ahora se habla de democracia. Nosotros, los españoles, ya la hemos conocido. Y no nos dio resultado. Cuando otros van hacia la democracia, nosotros ya estamos de vuelta. Estamos dispuestos a sentarnos en la meta y esperar a que los otros regresen también". Francisco Franco. 
Hoy mi objetivo es seguir caminando hacia la democracia y estar del lado de los que han hecho posible los mayores logros sociales y las mayores cotas de libertad de este país. Yo no estoy de vuelta de nada. Yo sigo caminando para  contribuir con mi esfuerzo a construir más y mejor democracia. Orgullosa de ser socialista.

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