Hacer patria es construir un municipio
donde quepamos todos y todas, en igualdad de condiciones y en equidad de
oportunidades, sin distingo de origen, etnia, preferencia sexual, nivel social,
sexo, discapacidades, edad. Hacer patria es dotar de herramientas y recursos a
las instituciones y organizaciones que luchan contra toda forma de discriminación
o sectarismo. No hacen patria los que pertenecen a siglas que destilan odio en
sus manifestaciones cuando se refieren a ciertos colectivos, partidos, familias
o zonas del municipio, e incluso se meten en cuestiones personales, repartiendo
invectivas o panfletos con mentiras burdas sobre las personas.
Tampoco hacen patria los concejales
que defienden conductas nefastas e incluso ilegales, que tienen miedo de mirar
hacia atrás y que solicitan borrón y cuenta nueva, mientras siguen proclamando
su ligazón con el pasado para unas cosas y no para otras. Son como el gato, que
tratan de echarle tierra a las inmundicias de sus negocietes y su entreguismo
de nuestros recursos a empresas que les beneficiaron o a las que les ocultaron
grandes tropelías hacia los intereses rambleros. Hicieron patria quienes a
fuerza de sufrimiento por las ofensas infligidas, supieron mantenerse firmes durante
24 años, incluso muriendo en el intento. Honra y salud. No son patriotas los gobernantes
y exgobernantes que taparon obras manifiestamente incorrectas, que pagaron de
más por encargos con dinero público o que privatizaron bienes públicos, que
ahora cuestan dinero al municipio, en lugar de ser fuentes de ingresos. Hace
patria quien se resiste ante este desgobierno anterior y procura enmendar lo
que puede del desastre público encontrado.
Hace patria el estudiante y el profesorado que con orgullo
levanta la antorcha ramblera en su completitud desde los distintos centros
educativos de nuestro municipio, los niños y las niñas que iluminan nuestros
sueños de una sociedad justa, los jovencitos que colaboran en instituciones
desde donde se honra a nuestro municipio de una u otra manera. No hacen patria
los políticos que condenaron a la gente humilde a esperar por años obras de
seguridad personal, o mejorar su situación de cara a ser independientes
económicamente ni los que aprovecharon esas situaciones personales para sacar
rédito político, incluso coaccionando y
forzando la libertad personal.
Hace patria Antonio Bello, presumiendo de ramblero, Los Alzados
haciéndonos grandes, nuestro internacional del beisbol cultivando triunfos.
Pero también hacen patria los obreros de la construcción, las trabajadoras y
trabajadores de la hostelería, los recolectores de la basura, las maestras de
escuela, los agricultores, los profesionales comprometidos, las enfermeras
abnegadas, que no reniegan de su procedencia ramblera. No hacen patria quienes
designan a defraudadoras del a cosa pública como representantes públicos, sea
el fraude no declarar sus propiedades como burlar las normas urbanísticas que
tan caro les hicieron pagar a quienes no eran de ellos.
Sí hacen patria nuestros agricultores tan olvidados, los que
se ocupan de hacernos saber los problemas de los barrios, el personal municipal
que no había cobrado la antigüedad y que sigue trabajando como el que más, los
pequeños empresarios a los que nunca se les dio nada, los artistas tan
abundantes en SJR, los trabajadores de distintos sectores, los abuelos
jubilados, los inmigrantes, los artesanos.
No hacen patria quienes le niegan su trabajo a lo público, haciendo
negocietes cuando gobernaban, y huyendo a sectores mimados antes cuando están
en la oposición, y haciendo, siempre, omisión de su amor por SJR viviendo,
estando censado, haciendo negocio o simplemente haciendo mención en positivo de
esos otros municipios, mientras ocultan o usan en su beneficio a SJR.
Hacen patria los hombres y mujeres que trabajan duro cada
día por su municipio, mientras otros que presumen, hacen todo lo contrario, y
darían un ojo por ver al resto de rambleros tuertos. Por eso y por esos va mi
pregunta: Y usted ¿Cómo hace patria?
1 comentario:
Hacemos patria cuando con orgullo, decimos de donde venimos, defendiendo la memoria de nuestros padres y transmitiendo a nuestros hijos el respeto por sus antepasados.
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