Hoy es un día
triste para las muchas personas que en 2011 nos confiaron el cambio en San Juan
de la Rambla.
Un cambio que ha sido interrumpido sin darnos tiempo a orear este Ayuntamiento.
Dieciocho meses es poco tiempo para despejar el olor de veinticinco años de
autoritarismo caciquil. Pero hemos intentado airear e iniciar el cambio encomendado con
honestidad, con transparencia, sin ocultarnos ante las dificultades, recorriendo
con pie firme un camino que termina abrupta e injustamente hoy. Al menos, de momento.
Ese camino no ha sido fácil. Ha estado sembrado de
obstáculos desde que se cerró el recuento de votos y supimos que era necesario
pactar. Atendiendo al deseo mayoritario de cambio de los vecinos de San Juan de
la Rambla , firmamos un pacto con el único edil del
Partido Popular. Un pacto que nunca fue entre partidos, sino por San Juan de la
Rambla, para propiciar el imprescindible cambio democrático. Pero ese pacto por
San Juan de la Rambla ha sido traicionado por quien afirmó públicamente y en
alta voz que nunca pactaría con quienes hoy lo hace.
No es la primera
vez que el señor Mesa traiciona a su pueblo. En 1999 ya traicionó a sus
votantes y a San Juan de la Rambla, abandonando su acta de concejal ante la
responsabilidad y el poco rédito que de la oposición obtendría. Más
recientemente, la carrera política de quien hoy se convertirá en alcalde ha
sido fulgurante. Es admirable tanto honor y responsabilidad en alguien cuyo
interés, no ya por la política, sino por el bienestar de sus vecinos, era tan
difuso y tan escaso antes de 2011. Alguien lejano, que ignora lo que es
patearse este municipio, tocar en la puerta de cada vecino para escucharle y
atenderle, pelear por conseguir lo mejor para San Juan de la Rambla , ocupará el cargo de
mayor responsabilidad. Alguien que ni siquiera sabe que planteando una moción
de censura al grupo de gobierno del que forma parte, se plantea una moción de
censura a sí mismo. O que lo sabe, pero al que no le importa el ridículo.
Los concejales socialistas hemos recorrido este municipio
hasta su último rincón desde hace muchos años, quitando tiempo a nuestra vida
privada y a nuestras familias, con la certeza de que San Juan de la Rambla se merece que velen
por él cada hora del día. Conocemos los problemas y las necesidades de los
vecinos, y nos hemos dejado la piel en resolverlos. De esta etapa, me llevo el
orgullo de haber trabajado codo con codo con estos cinco concejales: Cayetano,
Viti, Luz Karina, Ezequiel, Lali. Se han dedicado en cuerpo y alma a trabajar
por su pueblo, a pesar de las dificultades, y ellos saben hasta qué punto me
siento agradecida y honrada.
Muchas de esas dificultades vinieron desde dentro. Se nos
acusa ahora de no saber con qué clase de persona firmábamos un pacto. Pero sí
que lo sabíamos, y aún así lo hicimos, para responder a la encomienda vecinal de
cambio y confiados en el valor de la palabra dada. Ni un solo día faltaron
motivos para romper el pacto con el señor Mesa, desde las suspicacias
injustificadas, cercanas a la paranoia, que entorpecían la normal gestión de
este Ayuntamiento hasta las actitudes personales poco edificantes e indignas de este Consistorio y lo que
representa, sin olvidar que, en no pocas ocasiones, hubo que explicarle al
próximo alcalde aspectos verdaderamente básicos de gestión local.
Sospechábamos que este gobierno era una carrera
contrarreloj, y que la meta la marcaba el subsidio de desempleo de algunos de
los ediles que hoy toman el relevo. Es lo más triste, quizás, de un cambio que no
se produce porque los vecinos lo reclamen. Se produce por una mera cuestión de
codicia y de subsistencia. Codicia, la del próximo alcalde, tan interesado en su
sueldo que no ha tenido la decencia de dimitir y apartarse del grupo de
gobierno al que censura para no renunciar al salario de un mes. Subsistencia,
la de sus socios, que fuera del poder apenas hallan abrigo. Intereses espurios
que nada tienen que ver con un futuro mejor para San Juan de la Rambla.
En las reuniones, asambleas y actos informativos celebrados
junto a nuestros vecinos, no hemos palpado ninguna ansiedad por un cambio de
Gobierno a medio mandato. Hemos podido constatar, no obstante, ganas de participar, satisfacción de sentirse
escuchados, interés por conocer las medidas tomadas desde el Ayuntamiento,
necesidad de trasladar sus puntos de vista y sus aportaciones… El compromiso de
transparencia y participación con que nos presentamos a las elecciones ha
tenido reflejo en nuestra gestión. Quizás otros se hayan sentido incómodos
teniendo que dar cuentas a sus convecinos, y anhelen un modelo en el que hagan
y deshagan sin dar explicaciones. Que no se ilusionen, este pueblo ya no piensa
consentir que se haga nada a sus espaldas.
Si en algo hemos puesto nuestro empeño a lo largo de este
tiempo, ha sido en reconciliar a un pueblo al que veinticinco años de AIS
habían dejado gravemente fracturado. Para que San Juan de la Rambla pueda salir
adelante, la concordia es imprescindible, y en conseguirla hemos basado nuestra
acción de gobierno. Tememos que lo conseguido se pierda, y que los que quieren
un municipio dividido hagan cuanto esté en su mano para enfrentar, como en
tiempos pasados. Pero también sabemos que este municipio sabe que mantenerse
unido es la mejor manera de afrontar las adversidades.
Los socialistas dejamos hoy el gobierno con la cabeza bien
alta, sin tener de lo que avergonzarnos. Nunca nos hemos escondido y no vamos a
hacerlo ahora. Los vecinos y las vecinas de San Juan de la Rambla saben dónde pueden
encontrarnos, y saben que nuestra puerta siempre está abierta. Vamos a seguir
trabajando exactamente igual que hemos hecho hasta hoy, con la misma
dedicación, la misma entrega, las mismas ganas. Haremos oposición igual que
gobernamos: firmes, tenaces, rigurosos y serios, implacables para denunciar lo
que se haga mal, y abiertos a colaborar en todo aquello que redunde en un
beneficio real para San Juan de la
Rambla.
Decía Benjamin Franklin que de aquel que opina que el
dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de
hacer cualquier cosa por dinero. En San Juan de la Rambla hemos visto la
verdad encerrada en esta frase a través del nuevo alcalde. Pero no quiero dar a
nadie el gusto de una despedida amarga, y por eso termino estas palabras
recordando al gran poeta socialista Pedro García Cabrera: “Un día habrá una
Isla / que no sea silencio amordazado”. San Juan de la Rambla ya no es silencio
amordazado.
5 comentarios:
Que bonitas palabras desde luego, es verdad que estos han hecho lo que han hecho unos por querer más y otros por que se les acababa el paro y por algo para mi más fuerte si cabe y es que odian vivir en un pueblo unido, cordial, donde no se mire de que parte del municipio eres simplemente que eres mi vecino o vecina y con eso basta.
Si de acuerdo. Pero debistes amordazar determinados perros que desde dentro de tu propio partido nos llevó a la situación que estamos ahora. Que es bueno no echar tantos balones fuera, sobre todo en este pueblo fracturado. Y un toque autoanalítico tras preguntar a votantes y no vontantes un " Que he echo mal" vendría de perlas para no cometer los mismos errores y ganarse de nuevo el voto de quienes en ustedes depositaron su confianza hace dieciocho meses.
TRANQUILA DOÑA FIDELA, USTED TIENE DONDE GANARSE LA VIDA, ESTOS GANDUES (INCLUYO AL DE LA RADIO)COMO SE LES TERMINO EL PARO Y NO TIENEN DONDE CAERSE MUERTOS SE TREPARON AL PODER PARA COMER CALIENTE. DOÑA FIDELA ESTE ATENTA DE AHORA EN ADELANTE SI AL CONSTRUCTOR QUE TODOS CONOCEMOS LE DAN LOS TRABAJITOS DEL AYUNTAMIENTO, TAMBIEN VEREMOS EL PUESTITO DE LA SEÑORA DEL GANDUR DEL PUERTO.
Me gustaria saber de que perros se habla para asi poder rectificar y poder hacer mas cosas mejor
¡Guau!¡Guau!¡Guau!¿Serán los perros del hortelano?¿O los perros de la Parra?. Porque Parra tenía dos perros...
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