Mandan a la prensa una factura de
una enciclopedia cuyo título es “Historia del Socialismo”, que junto con otra
de carácter general, compramos el año pasado con destino a la Biblioteca
municipal. Pues nada. Soy culpable de comprar libros con destino a la
biblioteca, sí. Y qué pena que no pude comprar más y dotar mejor la Biblioteca.
Además de la generosa donación que hicieron amigos que al expurgar sus bibliotecas
se acordaron de SJR. No sé si el pecado es haber comprado libros, o que algunos
de ellos tuvieran como contenido la historia del socialismo que, por otro lado,
es la historia de la última mitad del siglo XIX y de todo el siglo XX. Pues no
voy a pedir perdón. Lo volveré a hacer. Seguiré teniendo como norte las ideas
tan peligrosas, según ustedes, de formar e informar. Y sobre la enciclopedia,
pueden hacer como la Inquisición o el fascismo: quemarla en la plaza pública.
Pueden gritar, como hizo Millán Astray contra el discurso de Unamuno en la
Universidad de Salamanca “¡Muera la inteligencia!”. También pueden deshojarla y
dársela de comer a las cabras cuando las traigan. De todos es conocido que las
cabras gustan de los papeles. Al fin y
al cabo, son derivados vegetales. Pero tanto si la queman como si se la dan de
comer a las cabras, no van a demostrar más que lo que ya es más que obvio: que
son ustedes unos ignorantes. Y que yo no quiero que nada mío se parezca a
ustedes. Cuanto más lejano sea el parecido, más personas serán. Y sigan con ese
tratamiento. Para que ya, por fín, salgamos, no en la prensa local, adonde,
afortunadamente remiten las facturas, más que nada porque, al ser conocidos,
procuran no reírse de esas ocurrencias. Porque si llegan a caer estas cosas en
algún medio de la prensa nacional, ¡chiquito ridículo!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario