Buenos días. Los pensamientos de
hoy permítanme que los dedique a mi organización política: el PSOE. Y a nuestro
actual líder, Pedro Sánchez, que nos ha llevado de la mano de la convicción en
que la única revolución posible es
intentar mejorar uno mismo esperando que los demás también lo hagan. Ni una
sola mala mención a los demás: un firme propósito de conducir de nuevo al país
de la mano de aquello que nunca nos ha fallado a los socialistas, y en lo que
no le hemos fallado a los ciudadanos: el
bienestar social y las libertades. Y en diez días, los ciudadanos de
nuevo lo han percibido. Pedro Sánchez nos ha dicho a cada socialista: recuerden
que hay un único lugar en el que con toda seguridad pueden mejorar a la
sociedad, y ese lugar es cada uno de ustedes en cada parcela de su vida. Y él,
de forma ejemplar, con su trato directo y cercano, lo ha puesto en práctica.
Repitiendo para nuestro recuerdo y el de todos los ciudadanos, que lo bueno en
bienestar social y libertades en este país ha venido de la mano de los
socialistas, yendo contracorriente,
negando la mayor de que los logros socialistas no existieron o están pasados de
moda, según oigamos a diestra y siniestra. Hacer esto ha costado, pero alrededor de su
ejemplo se ha ido re-fraguando la sólida organización que buscó, y encontró, lo
mejor para todos los españoles en cada período que ha gobernado este país. Nos
ha dicho a todos los socialistas: tengan orgullo de lo que hemos sido y lo que
somos. Hemos sido lo mejor que ha tenido este país. Lo saben los ciudadanos
que, cada uno en su parcela, han recibido esos beneficios. Recordémoslo con
ellos y recordémoselos a ellos. Y mejoremos nuestro autoconcepto. Porque los
socialistas somos lo contrario de los malos productos: gastamos menos en decir
nuestras bondades que en exigirnos a nosotros mismos, mientras que los malos
productores gastan millonadas en anunciarse y nada en mejorar el producto. Recuerdo
a una compañera que me decía que la diferencia fundamental de la izquierda y la
derecha estribaba en el nivel de exigencia respecto a nosotros mismos y a los
demás. Mientras la derecha es tolerante consigo misma y exigente con los demás,
la izquierda es tolerante con los demás y exigente consigo misma. Y Pedro Sánchez
ha venido a poner la cosa en su sitio: si hacemos las cosas mal, daremos
cuenta; pero si las hacemos bien, es un deber socialista enorgullecerse y
seguir en el camino de mejorarlas. Porque sólo creyendo en nosotros mismos,
podemos pensar en mejorar y seguir en el sendero de alcanzar el máximo
potencial de bienestar social y de libertades. Mucho conseguimos, pero ahora
hay que afrontar la recuperación de lo perdido y seguir avanzando en la línea
marcada. Pero Pedro también nos ha
obligado a los socialistas a ver al
presente en los colores oscuros que tiene, Ese es su deber y el de todos
nosotros y él no lo ha rehuido, y es bueno, porque afrontar la realidad permite
lanzarse a la lucha con más determinación para mejorar las cosas. Y nos ha dicho con determinación y ejemplo
que no podemos esperar ni un solo momento antes de comenzar a mejorar nuestra
organización y nuestro país. Y
que si realmente queremos hacerlo,
queremos mejorar la situación, estamos obligados a hacerlo ya y a hacerlo trabajando
en lo único sobre lo que tenemos control absoluto: nosotros mismos. Y en eso se
ha dispuesto el primero, obligándonos a hacerlo a la organización política más
antigua de este país. Y nos hemos puesto y dispuesto. Y así lo han percibido
los ciudadanos. Y por eso las encuestas.
Que no son producto de la casualidad, ni de la suerte, ni de la coyuntura. Y
por eso estoy tan contenta. ¡¡¡Gracias, Pedro; gracias compañeros y
compañeras!!!!!
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