domingo, 11 de junio de 2017

EL PAPEL DE LAS MUJERES EN LA HISTORIA DE SJR: DOÑA ROSARIO ORAMAS


EL PAPEL DE LAS MUJERES EN LA HISTORIA DE SJR: DOÑA ROSARIO ORAMAS
Si hay un pueblo donde las mujeres han tenido un lugar preeminente, ese es SJR. Mujeres valientes, generosas, abnegadas, amorosas, solidarias, caritativas. Mujeres constructoras de familias, haciendas, vecindad y pueblo. Mujeres que nos han legado lo más importante: sus enseñanzas y su ejemplo.
Hoy hemos conmemorado el Bicentenario del nacimiento de una mujer cuyo nombre se ha perpetuado en la denominación de nuestra plaza principal, seguramente de las primeras, si no la primera que ostenta el nombre de una mujer, no en balde se denomina Plaza Rosario Oramas. Allí está la que fue su casa tras su primer matrimonio, y muy cerquita, la casa donde nació, ya en la calle Estrecha. Doña Rosario fue una gran benefactora de su pueblo: dotó Iglesias (San Juan, San José y Santa Catalina) y banda, aportó el órgano de San Juan trayéndolo de Inglaterra, construyó  gran parte del cementerio y el Calvario, remodeló la parroquia de San Juan y se ocupó de su hacienda, acrecentándola: tras su segundo matrimonio, con la dote aportada por su esposo, compró terrenos en Las Rosas y construyó la Casa Grande.  Gran benefactora del pueblo, no olvidó a sus convecinos, a los que auxiliaba en unos años en que la economía había venido a menos por la crisis del vino. Valiente, casi todo este legado lo dejó después de haber sufrido tanto como cualquier mujer de las más humildes del pueblo: perdió a sus dos maridos, tras convivir apenas una década con cada uno de ellos, y habiendo tenido cinco hijos con el primero, pierde a los cinco sin superar mucho el primer año de edad. Una vida trágica que la hizo más cercana, seguramente, a las necesidades de su pueblo, tanto de subsistencia como del espíritu. Como dijo Confucio, procuró atender las necesidades del cuerpo, con sus buenas obras, y del alma, procurando en su pueblo mejorar el culto y la cultura. Generosa, valiente e inteligente. Así fue doña Rosario Oramas.  El pueblo entero guardó luto por ella y, de forma insólita para la época por su condición de mujer, un periódico provincial dedicó su portada completa a su figura, terminando con esta recomendación a SJR, que hoy hemos tenido presente: "SJR debe grabar con letras de oro y recordar con veneración el nombre de la que hizo tanto bien, doña Rosario Oramas Hernández".
Capítulo aparte merece el maravilloso espectáculo, digno de una gran ciudad, que protagonizaron hoy, glosando su figura, las dos bandas del municipio en su concierto con órgano, voluntarios entre los que se encontraban personas del grupo de teatro La Chistera y de la Hermandad del Cristo, la propia Comisión encabezada por doña Rosario, descendiente y actual propietaria de la casa, José Antonio Oramas, que ayer contó su historia y de cuyo libro se nutrió el espectáculo, los que pusieron su trabajo técnico y, sobre todo, Cayetano Silva y D. Diego, el párroco, que lo hicieron posible. Agradecida y admirada, por encima de todo. Gracias.

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