jueves, 1 de junio de 2017

FIDUCIARIOS O FETORES Y LA ZORRA GUARDANDO LAS GALLINAS




FIDUCIARIOS O FETORES Y LA ZORRA GUARDANDO LAS GALLINAS
Parece que habemus pacto entre PP y CC. Nada nuevo bajo el sol. Se veía venir desde que el presidente Clavijo, al más puro estilo y ADN coalicionero, incumplió su palabra y su pacto a finales del año pasado, pasado el difícil tránsito de unos presupuestos aprobados al límite por el PSOE. Los socialistas, de nuevo, actuamos con la lealtad institucional y el respeto a la palabra dada que nos caracteriza. Esta lealtad nunca ha tenido un comportamiento recíproco, salvo durante el período del presidente Rivero, cosa que le honra como rara avis dentro de su partido.
Pero hay varias cosas que si me sorprenden mucho. Una de ellas es la explicación dada por el señor Antona, en el sentido de que quieren entrar en el gobierno porque “como va a aumentar el presupuesto, quieren estar en el reparto y vigilar su administración”. Con esta afirmación, en primer lugar, desautorizan la afirmación hecha por CC en el sentido de que ha sido clave la figura de Ana Oramas para el desbloqueo de los presupuestos a cambio de mejoras en las asignaciones para Canarias. Si esto fuera así, el PP no pondría la condición de “vigilar” qué se va a hacer con ese dinero, con su presencia obligada en el Gobierno de Canarias. Pareciera que ese dinero fuera una dádiva gratuita y graciosa del PP, que quiere vigilar a un gobierno en Canarias, el de CC, al que considera menor de edad y al que hay que tutorizar para que no malgaste el regalo.

En mi casa familiar, antaño, hubo una diferencia sustancial entre yo y mis hermanos. Yo, que era la mayor, siempre tenía que obtener dinero rogado y razonado de un padre que supervisaba hasta el más mínimo gasto. Mis hermanos, en cambio, disfrutaron de un momento más dulce, acorde a cómo evolucionaba el país: mi padre les daba una paga, que ellos podían administrar a discreción. Mi padre, en esa época, no actuó como fiduciario o, más en canario, fetor o encargado de la finca. Confió en mis hermanos. Y ahora, muchos años después, me encuentro con un partido, que gobierna en Canarias desde siempre, que presume de mejorar los presupuestos, pero que va a aceptar que desde Madrid los humillen, mandándoles fetores que vigilen la ejecución de los dineros. Y dado el cariz que han tomado los asuntos judiciales del PP, parece que el que el PP mande a sus fetores para vigilar los presupuestos del Estado en Canarias es como quienes mandan al zorro a vigilar a las gallinas. Y entre humillaciones y situaciones ofensivas, parecen proféticos los tres párrafos donde el presidente Clavijo, en su discurso del Día de Canarias,  habla de los complejos de los canarios. Pero se equivocó generalizando. Acomplejado es quien acepta este grado de servilismo consentido. Que Dios nos coja confesados. 

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