FIDUCIARIOS O FETORES Y LA ZORRA GUARDANDO LAS GALLINAS
Parece que habemus pacto entre PP y CC. Nada nuevo bajo el sol. Se veía venir
desde que el presidente Clavijo, al más puro estilo y ADN coalicionero,
incumplió su palabra y su pacto a finales del año pasado, pasado el difícil
tránsito de unos presupuestos aprobados al límite por el PSOE. Los socialistas,
de nuevo, actuamos con la lealtad institucional y el respeto a la palabra dada
que nos caracteriza. Esta lealtad nunca ha tenido un comportamiento recíproco, salvo
durante el período del presidente Rivero, cosa que le honra como rara avis
dentro de su partido.
Pero hay varias cosas que si me
sorprenden mucho. Una de ellas es la explicación dada por el señor Antona, en
el sentido de que quieren entrar en el gobierno porque “como va a aumentar el
presupuesto, quieren estar en el reparto y vigilar su administración”. Con esta
afirmación, en primer lugar, desautorizan la afirmación hecha por CC en el
sentido de que ha sido clave la figura de Ana Oramas para el desbloqueo de los
presupuestos a cambio de mejoras en las asignaciones para Canarias. Si esto
fuera así, el PP no pondría la condición de “vigilar” qué se va a hacer con ese
dinero, con su presencia obligada en el Gobierno de Canarias. Pareciera que ese
dinero fuera una dádiva gratuita y graciosa del PP, que quiere vigilar a un
gobierno en Canarias, el de CC, al que considera menor de edad y al que hay que
tutorizar para que no malgaste el regalo.
En mi casa familiar, antaño, hubo
una diferencia sustancial entre yo y mis hermanos. Yo, que era la mayor, siempre
tenía que obtener dinero rogado y razonado de un padre que supervisaba hasta el
más mínimo gasto. Mis hermanos, en cambio, disfrutaron de un momento más dulce,
acorde a cómo evolucionaba el país: mi padre les daba una paga, que ellos
podían administrar a discreción. Mi padre, en esa época, no actuó como
fiduciario o, más en canario, fetor o encargado de la finca.
Confió en mis hermanos. Y ahora, muchos años después, me encuentro con un
partido, que gobierna en Canarias desde siempre, que presume de mejorar los
presupuestos, pero que va a aceptar que desde Madrid los humillen, mandándoles fetores
que vigilen la ejecución de los dineros. Y dado el cariz que han tomado los
asuntos judiciales del PP, parece que el que el PP mande a sus fetores
para vigilar los presupuestos del Estado en Canarias es como quienes mandan al
zorro a vigilar a las gallinas. Y entre humillaciones y situaciones ofensivas,
parecen proféticos los tres párrafos donde el presidente Clavijo, en su
discurso del Día de Canarias, habla de
los complejos de los canarios. Pero se equivocó generalizando. Acomplejado es quien
acepta este grado de servilismo consentido. Que Dios nos coja confesados.
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