martes, 6 de junio de 2017

LA VOCACIÓN DE SERVICIO A LOS DEMÁS: DOÑA ROSARIO Y DOÑA MARINA

LA VOCACIÓN DE SERVICIO A LOS DEMÁS: DOÑA ROSARIO Y DOÑA MARINA
Hoy despedimos a dos mujeres rambleras, una de corazón y otra de hecho. Doña Rosario y doña Marina se fueron el mismo día, dejando detrás una estela prodigiosa de servicio a los demás.
Doña Rosario fue mujer valiente, viuda temprana, que sacó adelante una familia numerosa,  atenta, amorosa y eficaz con todos y con todo. Marina, mucho más joven, también ha sido una mujer valiente, entregada a su familia y su trabajo, atenta, amorosa y eficaz con todos y con todo. La primera deja un reguero de recuerdos imborrables en Los Silos, en La Rambla y en Santa Cruz. La segunda deja una huella indeleble y eterna en todos los niños y niñas de las medianías de San Juan de la Rambla, que se han escolarizado en el CEIP Francisco Afonso Carrillo. Doña Rosario continuó la tradición familiar de abrir al culto, para las gentes de La Rambla, la capilla familiar. Doña Marina actuó siempre como madre amorosa de niños y niñas que contaron con su cariñoso buen hacer en las cocinas del colegio. Generosidad, entrega, buen hacer, cariño, vocación de servicio a los demás... mujeres valientes, mujeres íntegras, mujeres cariñosas, mujeres ejemplares.
Hace muchos años, siendo yo muy joven (bueno, más joven, porque joven aún lo soy😉) un cura me dio el mejor de los consejos de conducta de mi vida. Nos preguntó a un grupo de jóvenes: ¿qué han hecho cada uno de ustedes hoy por alguna persona? En aquel momento, la cara de todos reflejó el desconcierto que nos producía la pregunta. Hacer, hacer, yo no recordaba haber hecho nada. Ni por mis padres, de quien recibía tanto, y lo asumía como un derecho y no como una auténtica dádiva. A partir de ahí me propuse que cada día iba a actuar de forma que, cada noche, pudiera responder a esa pregunta con mi conducta. Marina y Rosario son dos perfectos ejemplos de personas que cada noche de sus vidas han dado testimonio de servicio, porque sus acciones cotidianas las hacían servidoras permanentes de los demás. Por eso, por esa vocación de servicio, dejan tanta huella detrás. Ojalá que cada uno de nosotros podamos seguir, siquiera de lejos, esa huella ejemplar que hoy se hace grande en su despedida. DEP ambas. Siempre ocuparán un sitio de privilegio en la historia ramblera.

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