En el primer pleno del mandato 2011-2015, aprobamos una propuesta socialista que establecía la prohibición a usar, desde el Ayuntamiento y en cualquier zona o vía pública, el glifosato como matahierbas, en cualquiera de sus variantes comerciales. Creo que fuimos, si no el primer ayuntamiento, si de los primeros en autoprohibirse ese uso. En contra, políticos de entonces,que hoy apuestan por el cultivo ecológico. Afortunadamente esta prohibición hoy en día la secunda hasta el Cabildo. ¿Por qué lo hicimos? Porque a la enorme incidencia de cáncer en todo el norte de la isla, y más concretamente en SJR se unían muchas voces de la comunidad científica internacional que venían avisando de los riesgos para la salud del potente herbicida, profusamente usado en nuestro municipio. Concretamente, se señalaba la estrecha relación entre su uso y la incidencia de cáncer. Hay evidencias de que la exposición a pesticidas y herbicidas aumenta el riesgo de tumores hematológicos como leucemias, linfomas y mielomas.
El glifosato se introdujo en el mercado europeo en 1974, patentado por la multinacional Monsanto, se ha convertido en el herbicida de mayor producción y venta en el mundo, usado en la agricultura, bosques, parques urbanos y jardines familiares, y hasta en vías del ferrocarril. Actúa interfiriendo la producción enzimática de ciertos aminoácidos que son esenciales para el crecimiento de las plantas. Se detecta en el aire (por las fumigaciones áreas) y en el agua. Se puede medir asimismo en la sangre y orina de los trabajadores que lo aplican, lo que indica su absorción. Un estudio ha detectado, en la sangre de residentes en comunidades próximas a las áreas de fumigación, algunos marcadores de daño cromosómico.
En marzo del 2015, un comité de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) de la OMS, integrado por 17 expertos de 11 países evaluó la evidencia de carcinogénesis del Glifosato y otros herbicidas. El comité concluyó clasificando al glifosato como probable cancerígeno para humanos. La evidencia de estudios epidemiológicos en humanos indica un aumento de riesgo consistente en una duplicación del riesgo por el uso de glifosato, en comparación al no uso, aumentando el efecto frente a un aumento de la intensidad de exposición.
Cuatro años antes de este estudio, en SJR decidimos los socialistas que, vistas las evidencias que apuntaban a esos resultados, ÍBAMOS A DEJAR DE ENVENENAR LAS CALLES Y CAMINOS E IBAMOS A LUCHAR, ANTES QUE CONTRA LAS HIERBAS, POR LA SALUD DE LOS VECINOS.
Y así lo hicimos y lo estamos haciendo. Preferimos ver hierba que ver enfermarse a nuestra gente. Seguimos prefiriendo la salud. Combatimos la hierba con medios mecánicos, y no siempre llegamos a todos lados. Pero vamos a seguir apostando por la salud, y preferimos hierbas en los caminos que rambleros en los hospitales. Aunque la oposición, y los pueblos donde su partido gobierna, siga usando venenos. Nosotros lo tenemos claro. Y tú, ¿Qué eliges?
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