Hablando de presupuestos, me dice un joven que no sabe a quién creer. Me gusta esa actitud. Quien duda, busca la verdad. Es bueno cuestionar la información que nos llega e intentar contrastarla. Sobre todo para saber en quien no confiar, porque QUIEN MIENTE NO ES DE FIAR.
El rechazo a los presupuestos en el pleno del pasado 23 de diciembre se basó en una mentira: afirmó AUP, en una enmienda, que al presupuesto le faltaba un documento. Una mentira mayúscula, porque no solo no faltaba, sino que nadie de la oposición pudo afirmar con verdad tal cosa. En efecto, es imposible decir que algo no está en un sitio SI UNO NO LO COMPRUEBA. El expediente de los plenos se custodia en Secretaría y allí se consulta. NADIE DE LA OPOSICIÓN SOLICITÓ NI ACUDIÓ A CONSULTAR EL EXPEDIENTE DESDE EL DÍA 15 EN QUE SE CONVOCÓ EL PLENO. Nos podemos cuestionar por qué actuaron así. No hay sino dos respuestas: vagancia o búsqueda de una excusa para rechazarlo. O ambas cosas. Ambas cosas son perversas. No ser diligente en el cumplimiento del deber es malo. Mentir para ocultar el verdadero propósito, no aprobar el presupuesto, es tal vez peor. Todos son culpables de falta de diligencia y de mentir. Pero quien realmente asumió la responsabilidad de la mentira en un documento público, registrado y esgrimido como motivo para rechazar el presupuesto es AUP. Además, se jacta en prensa de haberlo hecho. Como si fuera una hazaña el rechazar el presupuesto que garantiza las inversiones municipales. Y, añado, sustentar el rechazo en una mentira. Si la irresponsabilidad de rechazar el plan de inversiones es enorme, hacerlo basando el rechazo en una mentira es incalificable. Toda la oposición ha mentido al votar, pero quien presenta la mentira por escrito es AUP-SSP. Por eso digo, parafraseando el título que quien miente no es de fiar. AUP SSP miente. Por tanto, AUP no es de fiar.
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