No siempre el placer acompaña la actividad institucional de la política. Pero en algunas ocasiones una agradece que ser concejala le incentive la presencia en determinados eventos que son un placer y un privilegio. Así me pasó la noche del jueves con la actuación de la Santa Rosalía en la Sala San Borondón, retransmitida por la Radio de igual nombre. Un placer para el oido y para las emociones en un auditorio, la sala San Borondón, no por pequeño menos cálido y motivado por la calidad de la interpretación, las voces y la entrega de la Santa Rosalía.
La Santa Rosalía tiene el mérito de estar contribuyendo, día a día, a lograr la perpetuidad de nuestra idiosincrasia cultural, enseñando los pormenores, técnicas e historia de nuestros cantos y atuendos tradicionales a los jóvenes y niños de nuestro pueblo, unos chicos y chicas que representan hoy la esperanza, la seguridad de la perpetuidad en el futuro de la cultura musical ramblera, que siempre fue una tierra de buenos cantadores y de buenas parrandas.
Con sus instrumentos tradicionales y recuperados (¡qué hallazgo introducir el violin y el bajo, como antaño, entre los instrumentos de la Agrupación) y una percusión impecable, la Santa Rosalía logra continuar con la labor comenzada por nuestros antepasados y personas del folklore del pueblo, algunas reciente y prematuramente desaparecidas, aunque han dejado su impronta dentro de la misma Agrupación, con la incorporación de su mujer e hijas. Siguiendo el rastro de su escuela, los integrantes de este grupo van más allá, tomando parte activa en la recuperación de tradiciones y cantares perdidos, incluso del ámbito del Valle de la Orotava (encantadora la interpretación de las coplas de cuando, de vuelta de los bailes, se metían a "tomar prestado" algunas provisiones de las huertas vecinas).
Con sus instrumentos tradicionales y recuperados (¡qué hallazgo introducir el violin y el bajo, como antaño, entre los instrumentos de la Agrupación) y una percusión impecable, la Santa Rosalía logra continuar con la labor comenzada por nuestros antepasados y personas del folklore del pueblo, algunas reciente y prematuramente desaparecidas, aunque han dejado su impronta dentro de la misma Agrupación, con la incorporación de su mujer e hijas. Siguiendo el rastro de su escuela, los integrantes de este grupo van más allá, tomando parte activa en la recuperación de tradiciones y cantares perdidos, incluso del ámbito del Valle de la Orotava (encantadora la interpretación de las coplas de cuando, de vuelta de los bailes, se metían a "tomar prestado" algunas provisiones de las huertas vecinas).
La Santa Rosalía es todo un ejemplo de orgullo por lo nuestro, por la cultura popular ramblera y canaria. Qué suerte, qué orgullo y qué privilegio es poder compartir iniciativas como ésta, donde un grupo de amigos y familiares preocupados por no perder sus raíces, nos estimulan porque nos permiten hacer realidad el lindo sueño de ver renacer nuestra música más ancestral, en un proyecto en donde se ha ido incorporando cada vez más gente, sobre todo juventud.
Me emocionó particularmente el trabajo de folklore gomero, donde los pies de romance fueron cantados por las benjaminas del grupo ¡el primero por la más pequeña, sólo 5 añitos!, en una primorosa interpretación centrada básicamente en los toques de tambor y en las chácaras, magistralmente tocadas, en un momento en que la interpretación sonó como un particular homenaje ramblero a la designación del silbo como Patrimonio inmaterial de la Humanidad. Increibles las niñas por su perfecta armonización y ajuste a las mudanzas del ritmo.
Me emocionó particularmente el trabajo de folklore gomero, donde los pies de romance fueron cantados por las benjaminas del grupo ¡el primero por la más pequeña, sólo 5 añitos!, en una primorosa interpretación centrada básicamente en los toques de tambor y en las chácaras, magistralmente tocadas, en un momento en que la interpretación sonó como un particular homenaje ramblero a la designación del silbo como Patrimonio inmaterial de la Humanidad. Increibles las niñas por su perfecta armonización y ajuste a las mudanzas del ritmo.
En fin, una noche mágica donde tuvo lugar un bello homenaje al folklore canario y al quehacer cultural popular ramblero, donde las interpretaciones características del folklore canario ( isas, folías, malagueñas, polkas, etc..), fueron, de la mano de la Santa Rosalía, las protagonistas de la noche lagunera en el hospitalario escenario de la Sala San Borondón.
Gracias a la Santa Rosalía por esa magnífica actuación, por haberla compartido con los asistentes a la sala y con los oyentes de Radio San Borondón, por dejar tan alto el pabellón de nuestro pueblo, por enaltecer nuestro municipio con sus interpretaciones y también con su intervención de presentación posterior, donde más que hablar de ellos hablaron de un municipio noble, y, sobre todo, por sacrificar el tiempo libre, el de cada componente, para todos nosotros, para la mayor gloria del pueblo ramblero. Gracias infinitas.
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