lunes, 18 de febrero de 2013

LA DESTRUCCIÓN DE LA IMAGEN CORPORATIVA, LA IGNORANCIA Y LA VUELTA A LA ERA OSCURA


Siempre he tenido una terrible visión, imaginando a Hypatia, esperando aterrada, en los sótanos de la Biblioteca de Alejandría, a la horda de fanáticos cristianos que, mancillando el nombre de Dios, iban a despellejarla viva, "por pagana, por zorra y por culta"; pecados imperdonables en una mujer de la Nueva Era. Aquel día en que las escalinatas de la vieja y ya maltrecha Biblioteca se mancharon de sangre y los últimos libros clásicos fueron quemados, se inició la Primera Edad Oscura, que habría de dar paso a mil años de fe dogmática e ignorancia.
Hoy me ha vuelto a asaltar la dantesca visión. Un gobierno municipal que cierra medios de comunicación y renuncia a la modernidad a la que aspira cualquier empresa o institución que se precie, el de su imagen corporativa,  hace volver a  SJR a la Edad Oscura que creímos concluida hace diecinueve meses, un espacio donde se propugna la restricción de la inteligencia  racional, que no sabemos cuánto durará, pero que cuando vuelva de nuevo habrán (habremos) muerto todos los que nos hemos angustiado en los últimos tiempos.
Por lo visto, hay seres humanos que  no pueden resistir las ideas demasiado complejas. Necesitan el amparo de ideas simplistas que les aseguren la supervivencia. Así parecen demandarlo nuestros ancestrales y primarios instintos de supervivencia, siempre en conflicto con nuestra capacidad racional. Tras cada etapa de racionalidad, parece inevitable que vuelva la idiotez tranquilizadora, ese estupor vacío. Pero es que esta etapa de racionalidad no dio tiempo apenas a acostumbrarnos a ella. Tan poco tiempo que el día que concluyó, estos individuos anclados en técnicas paranormales y vudús pretendieron hacerme un maleficio por fuera de la iglesia de San Juan. No  han conseguido lo que pretendían, porque han pinchado en hueso. Ya lo debían saber, que no me asustan sus brujerías y martingalas. Mucho le costó a mi padre inculcarnos a mí y a mis hermanos que no hay que tenerle miedo al miedo,  para caer en viejas prácticas de la edad Oscura, aprendidas (mal) no se sabe muy bien donde ni por quién pagadas.
Y todo esto viene a cuenta del afán destructivo que le ha sobrevenido a los nuevos desgobernantes. Porque para gobernar hay que construir, y en esta semana sólo hemos vivido destrucción. Arremetieron contra una radio, un medio de comunicación que no hacía mal a nadie, todo lo contrario. Y ahora, en el máximo grado del a ignorancia, se cargan la imagen corporativa del municipio. Esa en la que, en el colmo del odio y de la obsesión, llegaron a  ver hasta tres “f”.
Para los nuevos, ignorantes por antonomasia, he de decirles que, hoy por hoy, no es posible concebir el desarrollo de una empresa o el lanzamiento de un producto si éstos no estan ligados íntimamente a la identidad corporativa y al aspecto que asumirán los medios expresivos de los que se sirven para llegar al consumidor y a la opinión pública. Nunca como en nuestra época habíamos asistido a una vasta presencia de señales que nos embisten y persiguen. Des de las señales de tráfico a las de publicidad, de los carteles de los comercios, de los cines, de los medios de transporte público, de las empresas e instituciones, de la identidad visual corporativa.
La imagen corporativa (“corporate image”) de una empresa nos permite diferenciar a primera vista la identidad de una empresa, sea cual sea. La expresión “imagen corporativa” proviene del inglés y es una traducción  libre de“corporate image”. En el contexto anglosajón “corporation” significa compañía o empresa, pero en el contexto latino remite a formas organizativas más complejas y nunca significa sólo empresa. Se apela a ese termino cuando se alude a una agrupación de asociaciones que integra por ejemplo a empresa privadas, a organismos públicos y/o sectores de la comunidad.
Esta clase básica de diseño o marketing no se las voy a cobrar. Me siento suficientemente pagada con la prueba inequívoca de que son unos ignorantes integrales, unos burros sociales y/o políticos, unos brutos que no aran porque no están uncidos a un arado. Con eso me doy por pagada. Porque siempre pensé que los juzgaba mal. Pero hoy me he convencido de que la realidad supera la ficción. Así que ¡Bienvenidos a la Edad Oscura de nuevo! Y que nos sea leve….

1 comentario:

Anónimo dijo...

...pónganles un cabestro...y más tarde si quieren pasen a la albarda.Por cierto ésto es lo que oí de pequeño: "Nunca de silla para albarda". En este caso parece que sí. ¡Y sigan bailando!. O no, que sigan balando. Beee, Beeee. Gregarismo total Beee,beee "Ovejas bobas que lo que hace una, hacen todas".Beee,beee... Sigan balando...