Frederick William I, rey de
Prusia, se conocía por ser el modelo de monarca temible y temido. Su pasión era
su ejército y pasó mucho tiempo de su vida tratando de establecerlo. No le
interesaba casi nada más ni nadie más, ni siquiera su familia. Con frecuencia
fue cruel con su hijo, quien más tarde le sucedió en el trono como Frederick
II, el Grande. Ya anciano, con frecuencia Frederick William caminaba solo por
las calles de Berlín. Sus súbditos huían de él. Se cuenta que en uno de esos
paseos, un ciudadano lo vio venir e intentó escapar del monarca a través de un
portal.
Tú—le gritó el rey—, ¿a dónde
crees que vas?
—A mi casa, Su Majestad—contestó
nervioso el hombre.
—¿Es esa tu casa?—le preguntó
Frederick.
—No, Su Majestad.
—Entonces, ¿por qué estás tratando de entrar ahí?
—Su Majestad—dijo el hombre, preocupado de que lo tildaran
de ladrón—, es que no quería encontrarme con usted.
—¿Por qué?—preguntó el rey.
—Porque le tengo miedo, Su
Majestad.
Este ejemplo ha de servir para
ilustrar el hecho de que, por mucho que se intente, el cariño no se impone. El
cariño se gana. El pueblo de SJR recuerda, sin hacer mucho esfuerzo, cuando la
actual fuerza cogobernante actuó en el pasado arbitrariamente, castigando a
aquellos que no eran de su cuerda, con frases como las que últimamente han
vuelto a oírse por el ayuntamiento: ¡Pídeselo a Fidela! El pueblo no olvida las
persecuciones, amenazas, coacciones, desaires, chantajes etc a que fue
sometido. El pueblo, sobre todo, recuerda la libertad de estos últimos
dieciocho meses y la unión a que dio lugar. El pueblo no olvida. Y por eso, es
imposible que se intente sembrar en un campo que en el pasado se regó de sal.
Por eso, los que actualmente quieren imponer su presencia, deben tener en
cuenta que este es un pueblo noble y que pueden tolerar esa presencia. Pero el
cariño, no. Porque el cariño o se impone, se gana. Y lo que se han ganado a
pulso tras los últimos años es una profunda indiferencia. Por más que pretendan
hacer un borrón y cuenta nueva imposible. Porque, como resumió el súbdito de
Federico Guillermo, les temen. No por lo que puedan hacer, que ante la libertad,
cada vez pueden hacer menos cosas. Les tienen miedo por la profunda maldad que
destilan. No deberían olvidarlo.
5 comentarios:
El amor y el interés se fueron al campo un día, pero pudo más el interés que el amor que le tenía (mo recuerdo el autor).
Por el inetrés te quiero Andrés.
Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud (Aristóteles).
Las vanas pretensiones caen al suelo como las flores. Lo falso no dura mucho.
Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.
Algunas personas son tan falsas que ya no son conscientes de que piensan justamente lo contrario de lo que dicen.
Marcel Aymé (1902-1967) Narrador y dramaturgo francés
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