martes, 29 de agosto de 2017

MORAL, MORALINA Y EJEMPLOS: EL CASO DE LA BODA DEL MES Y EL EJEMPLO DE MI MENTOR, D. RAMÓN ÁLVAREZ

MORAL, MORALINA Y EJEMPLOS: EL CASO DE LA BODA DEL MES Y EL EJEMPLO DE MI MENTOR, D. RAMÓN ÁLVAREZ
Gran polémica ha suscitado en redes la “boda del mes”, de Garzón. Voy a dar mi opinión, a sabiendas de que también va a ser polémica.
Comienzo diciendo que la vida privada de los políticos no debía producir este río de tinta. Pero para que no se produzca, se debe mantener la más estricta discreción. Y en este caso, la discreción no es lo que ha caracterizado a este evento.  Los propios protagonistas, como personajes de farándula, han mostrado todo lo mostrable en las redes sociales. Por lo tanto, todo el revuelo viene dado por la publicidad voluntaria que los propios protagonistas han hecho de su evento privado. Es decir, que yo misma estoy autorizada a emitir mi opinión, porque los protagonistas han deseado que esto se convierta en parte de su imagen pública.
La segunda parte hace referencia a las reacciones que los miembros de IU tienen al respecto de las implicaciones de la celebración en sí misma, fundamentalmente el coste del cubierto, y el hecho de si había sido pagado por los invitados o por los propios contrayentes. Parto de la base de que cualquier persona puede celebrar lo que quiera, con quien quiera y con cualquier precio. Sólo basta que pueda pagarlo. Por cierto, bastante que cuestionaron, con foto incluida, por cierto robada, la presencia del expresidente Felipe González, en la cubierta de un yate. Y no fueron suaves, no. Por lo tanto, ante esta voluntaria exposición pública de un modelo de boda de jet set habría que recordar la doble moral de quien se rasga las vestiduras por una cosa y considera perfectamente justificable la otra. Y tengo que decir que estoy cansada de los dobles raseros, las morales estrictas y las moralinas según quien aplique y a quien se le aplique. Y recuerdo la visión de una amiga, de izquierdas de verdad, que decía que la derecha y la izquierda eran distintas porque mientras la derecha era muy estricta para el resto del mundo, eran laxas para sí mismas;  la izquierda  era estricta para sí misma y tolerante para el resto. Y en este caso, mi percepción es que la izquierda de esta boda es de derechas en percepción de manifestaciones públicas, pero respecto a la otra izquierda. Es decir, respecto a nosotros, los socialistas. El ejemplo de Felipe González sirva como muestra.
Pero quiero poner un ejemplo de cuál es mi criterio, y cuál creo debe ser el criterio de una persona de izquierdas. Así lo aprendí de uno de mis mentores, Ramón Álvarez, a quien siempre le rogué que debía ser formador de nuestros jóvenes en el PSOE. Durante mucho tiempo gocé de su amistad, una entrañable amistad que me nutrió durante esa época ideológicamente, cosa que agradezco con el corazón. Una vez fuimos a un modesto restaurante de Santa Cruz y me dijo por qu´é elegía esos restaurantes, y no otros de más ringo-rango, aunque se lo pudiera, obviamente, permitir (él y su mujer era de familia de clase media y ambos profesores). Me dijo lo siguiente, y yo no lo olvidaré: “Fidela, nunca podré ir a comer a un restaurante lujoso, porque allí me voy a encontrar a un compañero de UGT que va a estar obligado, por sus normas de trabajo, a tratarme de señor. Y me moriría de vergüenza como socialista sentirme tratado con esa subordinación”. Lo entendí perfectamente. Y a partir de ahí, he seguido estrictamente esa norma. Ramón, compañero, con mi recuerdo y mi agradecimiento.  



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